CAMINAR DESDE LA UNIVERSIDAD HACIA EL DESARROLLO
Romeen Aguirre Zambrano
Docente Universitario“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. 3 de Juan: 1: 2
“No debemos fallar a los miles de millones de personas que esperan que la comunidad internacional cumpla la promesa de la Declaración del Milenio para un mundo mejor. Cumplamos la promesa.” Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas
Los esfuerzos que se hacen a nivel nación, ciudad, realidad local, etc. sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del milenio (ODM) hasta la fecha -según el Informe ODM 2010- revela que en su concreción se está avanzando muy lentamente, y en algunos países y/o regiones inclusive, el avance es nulo.
Asimismo, encontramos que en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje una de las metas según su marco de acción a considerar con suma urgencia se refiere al Aumento de la adquisición por los individuos y las familias de los conocimientos, capacidades y valores necesarios para vivir mejor y para conseguir un desarrollo racional y sostenido por medio de todos los canales de la educación — incluidos los medios de información modernos , otras formas de comunicación tradicionales y modernas y la acción social — evaluándose la eficacia de estas intervenciones en función de la modificación de la conducta.
Es en este documento que se sugiere algunas alternativas para alcanzar esas metas, de forma específica, hay que fortalecer la concertación de acciones. Puesto que las autoridades nacionales, regionales y locales responsables de la educación tienen la obligación prioritaria de proporcionar educación básica a todos, sin embargo, no puede esperarse de ellas que suministren la totalidad de los elementos humanos, financieros y organizativos necesarios para esa tarea será necesaria la concertación de acciones entre todos los subsectores.
Es por ello que se hace necesario revisar la dirección hacia la cual se está caminando en el plano educativo a nivel local, regional o nacional, a fin de hacer los ajustes necesarios en los diseños curriculares y demás documentos de gestión existentes.
Conocer y precisar las metas educativas de centro, descritas líneas arriba permitirán sin duda una mayor efectividad en su cumplimiento.
No se trata simplemente de fiscalizar o supervisar si se cumplen o no las metas, se hace necesario ir mucho más lejos, la revisión debe hacerse desde la misma gestación del planteamiento de estas. En la cosmovisión de urgencia de los administradores debe conocerse plenamente la idea. Es más si se desea una concepción de largo alcance se hará necesario inclusive ubicarse desde la orilla de la formación de los profesionales.
En ese caso son la universidad y los centros de formación quienes deberán considerar como una de sus prioridades el insertar temas desde la óptica del desarrollo humano en su conjunto a fin de capacitar a los futuros líderes profesionales según determinada área de estudios, con las necesidades de urgencia y potencialidades del ser humano e instituciones que lo puedan garantizar.
Mucho podemos aprender de ciertas experiencias que surgen de la vida de comunidades que permiten mejorar las condiciones de vida de forma local, fruto de esfuerzos de estos grupos de individuos que buscan de manera creativa la solución a sus problemas más pertinentes.
Esos esfuerzos de casos, aún aislados, pueden ser debidamente potenciados si la universidad interviene con la aplicación de programas o proyectos de manera contundente como parte de su plan de estudios, sea cual sea la rama profesional a fin de dotar de mejores y mayores herramientas de gestión que puedan darle el matiz de perennidad a algo que podría ser solo una idea o movimiento fugaz y que luego de ser realizado al final de cuentas, se desvanece con el tiempo.
No se trata de mero asistencialismo académico, se trata de instaurar con más énfasis la labor de proyección social que no se limite a iniciativas temporales. Así como la participación de los estudiantes debe partir de soluciones creativas y exigencia académica como parte del plan de estudios correspondiente de cada facultad o escuela profesional.
Es por ello que se debe formar en gestión, en sensibilidad social, en aplicación de los saberes a la realidad, en el darle capacidades al estudiante que propugnen su responsabilidad con la comunidad y su mejoramiento, pues solo así se podrá aspirar a un legítimo desarrollo no limitado en el tema económico.
En el Perú como en casi cualquier lugar del mundo, existen recursos naturales ricos que pueden ser debidamente aprovechados. Existe un espíritu de solidaridad que puede ser debidamente orientado, mentes creativas que continuamente aspiran a solucionar sus problemas más álgidos en ciertos sectores. He ahí la materia prima que se necesita.
La legislación existente en el país poco a poco ha permitido que la ayuda a las comunidades pueda ser más factible ahí donde exista un espíritu de superación y organización debida. Razón poderosa para tomar en cuenta en la academia a la hora de plantear contenidos de formación que no solo atañen a ciertas carreras sino más bien que nos atañen a todos.
Este es uno de los caminos en que se hace plausible el principio cristiano del amor al prójimo que a la vez es el amor por toda la humanidad y que busca el mejoramiento de las condiciones de vida existente, y que espera ver el mundo desde la óptica del otro conociendo sus necesidades y problemas que enfrenta a diario, es como se van andando hacia delante.Conclusión
Con la iniciativa de la universidad, que plantee de manera concreta las metas a lograr en el perfil de los estudiantes, y el logro de sus capacidades.
Con la revisión y acompañamiento constante en las iniciativas de comunidades que buscan su desarrollo local.
Con una adhesión a los planes mundiales del logro de políticas y propuestas de acción, de tal manera que siempre estemos insertados en el esfuerzo direccionado al logro del tan ansiado desarrollo.Y sobre todo con un espíritu manifiestamente cristiano, es que avanzaremos a paso realmente firme.
“No debemos fallar a los miles de millones de personas que esperan que la comunidad internacional cumpla la promesa de la Declaración del Milenio para un mundo mejor. Cumplamos la promesa.” Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas
Los esfuerzos que se hacen a nivel nación, ciudad, realidad local, etc. sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del milenio (ODM) hasta la fecha -según el Informe ODM 2010- revela que en su concreción se está avanzando muy lentamente, y en algunos países y/o regiones inclusive, el avance es nulo.
Asimismo, encontramos que en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje una de las metas según su marco de acción a considerar con suma urgencia se refiere al Aumento de la adquisición por los individuos y las familias de los conocimientos, capacidades y valores necesarios para vivir mejor y para conseguir un desarrollo racional y sostenido por medio de todos los canales de la educación — incluidos los medios de información modernos , otras formas de comunicación tradicionales y modernas y la acción social — evaluándose la eficacia de estas intervenciones en función de la modificación de la conducta.
Es en este documento que se sugiere algunas alternativas para alcanzar esas metas, de forma específica, hay que fortalecer la concertación de acciones. Puesto que las autoridades nacionales, regionales y locales responsables de la educación tienen la obligación prioritaria de proporcionar educación básica a todos, sin embargo, no puede esperarse de ellas que suministren la totalidad de los elementos humanos, financieros y organizativos necesarios para esa tarea será necesaria la concertación de acciones entre todos los subsectores.
Es por ello que se hace necesario revisar la dirección hacia la cual se está caminando en el plano educativo a nivel local, regional o nacional, a fin de hacer los ajustes necesarios en los diseños curriculares y demás documentos de gestión existentes.
Conocer y precisar las metas educativas de centro, descritas líneas arriba permitirán sin duda una mayor efectividad en su cumplimiento.
No se trata simplemente de fiscalizar o supervisar si se cumplen o no las metas, se hace necesario ir mucho más lejos, la revisión debe hacerse desde la misma gestación del planteamiento de estas. En la cosmovisión de urgencia de los administradores debe conocerse plenamente la idea. Es más si se desea una concepción de largo alcance se hará necesario inclusive ubicarse desde la orilla de la formación de los profesionales.
En ese caso son la universidad y los centros de formación quienes deberán considerar como una de sus prioridades el insertar temas desde la óptica del desarrollo humano en su conjunto a fin de capacitar a los futuros líderes profesionales según determinada área de estudios, con las necesidades de urgencia y potencialidades del ser humano e instituciones que lo puedan garantizar.
Mucho podemos aprender de ciertas experiencias que surgen de la vida de comunidades que permiten mejorar las condiciones de vida de forma local, fruto de esfuerzos de estos grupos de individuos que buscan de manera creativa la solución a sus problemas más pertinentes.
Esos esfuerzos de casos, aún aislados, pueden ser debidamente potenciados si la universidad interviene con la aplicación de programas o proyectos de manera contundente como parte de su plan de estudios, sea cual sea la rama profesional a fin de dotar de mejores y mayores herramientas de gestión que puedan darle el matiz de perennidad a algo que podría ser solo una idea o movimiento fugaz y que luego de ser realizado al final de cuentas, se desvanece con el tiempo.
No se trata de mero asistencialismo académico, se trata de instaurar con más énfasis la labor de proyección social que no se limite a iniciativas temporales. Así como la participación de los estudiantes debe partir de soluciones creativas y exigencia académica como parte del plan de estudios correspondiente de cada facultad o escuela profesional.
Es por ello que se debe formar en gestión, en sensibilidad social, en aplicación de los saberes a la realidad, en el darle capacidades al estudiante que propugnen su responsabilidad con la comunidad y su mejoramiento, pues solo así se podrá aspirar a un legítimo desarrollo no limitado en el tema económico.
En el Perú como en casi cualquier lugar del mundo, existen recursos naturales ricos que pueden ser debidamente aprovechados. Existe un espíritu de solidaridad que puede ser debidamente orientado, mentes creativas que continuamente aspiran a solucionar sus problemas más álgidos en ciertos sectores. He ahí la materia prima que se necesita.
La legislación existente en el país poco a poco ha permitido que la ayuda a las comunidades pueda ser más factible ahí donde exista un espíritu de superación y organización debida. Razón poderosa para tomar en cuenta en la academia a la hora de plantear contenidos de formación que no solo atañen a ciertas carreras sino más bien que nos atañen a todos.
Este es uno de los caminos en que se hace plausible el principio cristiano del amor al prójimo que a la vez es el amor por toda la humanidad y que busca el mejoramiento de las condiciones de vida existente, y que espera ver el mundo desde la óptica del otro conociendo sus necesidades y problemas que enfrenta a diario, es como se van andando hacia delante.Conclusión
Con la iniciativa de la universidad, que plantee de manera concreta las metas a lograr en el perfil de los estudiantes, y el logro de sus capacidades.
Con la revisión y acompañamiento constante en las iniciativas de comunidades que buscan su desarrollo local.
Con una adhesión a los planes mundiales del logro de políticas y propuestas de acción, de tal manera que siempre estemos insertados en el esfuerzo direccionado al logro del tan ansiado desarrollo.Y sobre todo con un espíritu manifiestamente cristiano, es que avanzaremos a paso realmente firme.
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